El reto de lanzar productos sin tenerlos aún fabricados

Hoy en día, las marcas no pueden esperar. Las campañas deben lanzarse incluso antes de que el producto esté listo para producción. El departamento de marketing necesita materiales para anunciar, los equipos de ventas requieren catálogos, y las agencias creativas trabajan con tiempos ajustados. Aquí surge una necesidad crítica: mostrar el producto sin tenerlo aún. Los ficticios publicitarios surgen como solución a este problema. Permiten crear una representación visual y tangible del producto mucho antes de que entre en la cadena de producción. Así, se reduce el «time-to-market», es decir, el tiempo que tarda un producto en llegar al consumidor desde que se concibe.

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Qué aporta un ficticio publicitario en las fases previas al lanzamiento

Los ficticios publicitarios permiten validar el diseño del producto antes de producirlo. Esto no solo tiene implicaciones estéticas, sino también estratégicas. Por ejemplo, en una feria internacional, un comercial puede presentar el producto de forma realista con un ficticio, recoger feedback y cerrar acuerdos, aunque la fabricación aún no haya comenzado. Además, permiten generar contenido visual con antelación. Las campañas de publicidad, las redes sociales y los medios necesitan imágenes perfectas. Al trabajar con ficticios publicitarios, estas imágenes pueden producirse sin depender del ritmo de la fábrica o la cadena de montaje.

Casos reales: cómo los ficticios publicitarios salvan lanzamientos

Una empresa cosmética decide renovar el diseño de su línea de sérums, pero la fabricación de los nuevos envases se retrasa. Gracias a la colaboración con un especialista en ficticios publicitarios, puede contar con modelos visualmente idénticos en tiempo récord para sus campañas de Navidad.

En otro caso, una marca de alimentación lanza una edición limitada de packaging para una promoción. Los tiempos no cuadran con la producción, pero necesitan anunciarla ya. Con ficticios publicitarios, el anuncio puede emitirse mientras el producto aún está en fábrica.

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La diferencia entre un ficticio básico y uno publicitario profesional

No todos los ficticios sirven para comunicación. Un prototipo técnico puede ser útil para desarrollo interno, pero no cumple las exigencias de una sesión de fotos o un anuncio en alta resolución. Un ficticio publicitario está pensado para lucir perfecto bajo cámaras, con acabados realistas, brillos adecuados, etiquetas fieles y materiales de aspecto final.

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En mercados donde el tiempo apremia y la imagen lo es todo, los ficticios publicitarios ya no son un recurso secundario. Son una pieza estratégica que conecta diseño, marketing y ventas. Una forma de lanzar antes, validar mejor y comunicar sin fricciones. En Lídia Sabaté entendemos los códigos visuales que necesita la publicidad: desde simular cristal, metal o cartón, hasta lograr acabados impecables. Esa experiencia es clave para que el ficticio funcione como herramienta de marketing.